Ciclo de conferencias: El Atrio de los Gentiles Conversaciones en la Universidad IV Lugar: Aula Antonio Soler. Campus de la Merced (Murcia) Día: Lunes Hora: 19:30-21.
LUNES 2 DE MARZO.
CONFERENCIA: Ética cristiana y cultura actual: el reto de la identidad en la pluralidad
PONENTE: D. José García Férez. Doctor en Teología Moral, Máster en Bioética y Profesor del Instituto Teológico Franciscano. Murcia.
LUNES 16 DE MARZO.
CONFERENCIA: Acerca de la pluralidad de la ética en el contexto actual.
PONENTE: D. Juan Miguel Castelló Sánchez. Licenciado en Filosofía, Director de Estudios y Formador del Seminario de Orihuela. Alicante. Autor del libro “Manual para afrontar el duelo”.
LUNES 23 DE MARZO.
CONFERENCIA: Éticas de la globalización.
PONENTE: D. Higinio Marín Pedreño. Doctor en Filosofía. Profesor a Antropología en la Universidad Cardenal Herrera. Elche. Miembro del Instituto de Disciplinas Económicas, Ambientales y Sociales. Valencia.
ÉTICA CIVIL Y ÉTICA RELIGIOSA.
¿Hay una ética civil compartida por creyentes de distintas confesiones religiosas y por no creyentes? Sería una ética desde la cual los que nos sabemos ciudadanos del mundo podemos aunar nuestros esfuerzos en esa tarea de construir un mundo más humano.
La ética que mi fe implica, ¿puede articularse con éticas no cristianas y trabajar con ellas en este proyecto humanizador sin perder su especificidad? ¿o acaso la especificidad de la fe cristiana exige en el mundo moral trabajar en solitario sin contaminarse con otras propuestas, porque nada de lo que la fe puede ofrecer puede ser también sugerido por otras instancias?
La ética es una tarea de los individuos y de los pueblos…es un quehacer que consiste en la forja del carácter, el cual podemos ir modificando con nuestro actuar. No se puede confundir la ética con un conjunto de valores morales.
Podemos hablar de tres tipos de ética: una ética laica, que no hace ninguna referencia explícita a Dios. La ética cívica sería una ética laica; una ética laicista, que elimina el referente religioso y una ética religiosa que apela a un referente religioso para orientar el quehacer personal. Y si ese referente religioso es el Dios de Jesucristo, es una ética cristiana.
La ética cívica nace en los siglos XVI y XVII tras las guerras de religión en Europa y apela a que la convivencia es posible entre ciudadanos de distintas concepciones religiosas, ateas o agnósticas, filosóficas, políticas y culturales siempre que compartan unos valores y unas normas mínimas. Conviene distinguir entre éticas de máximos y éticas de mínimos. Ésta defiende que es posible compartir entre todos las valores de igualdad, fraternidad y solidaridad.
Estos valores se concretaron en la defensa de unos derechos humanos, políticos y civiles (los de primera generación), y también económicos, sociales y culturales (derechos de segunda generación), y en derechos ecológicos y derecho a la paz (valores de tercera generación). Para que estos valores se encarnen en formas concretas de vida es necesaria la práctica de unas virtudes propias de la actitud dialógica (el ethos dialógico).
Los valores y derechos de la ética cívica de mínimos son perfectamente defendibles por el creyente. El cristianismo, desde su experiencia religiosa, quiere asegurar los mínimos de la ética cívica desde sus máximos, desde su vivencia de la paternidad de Dios y de la fraternidad de los hombres. Pero esos mínimos no son exclusivos del cristiano.
El cristianismo no es una ética de mínimos de justicia sino de máximos de felicidad: los mínimos que forman parte de la conciencia moral y social de nuestro tiempo no agotan el contenido de la fe cristiana, su viva y rica oferta.
No es asunto de la ética cívica ofrecer la salvación sino solo dar un sentido compartido a la vida y a las decisiones sociales y evitar el totalitarismo intolerante de los incapaces de pluralismo (laicista y fideísta). No hay pues competencia laguna entre el cristianismo y la ética cívica.
ADELA CORTINA. Ética civil y Ética Religiosa. Ética universal y cristianismo. XIII congreso de Teología. Centro Evangelio y Liberación, Madrid, 1994. Extracto.
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