Para conseguir todo esto Dios usa sus criaturas. Al volver a leer los primeros capítulos de la Biblia el autor nos recuerda que todo ha salido de las manos de Dios. Todas las criaturas son buenas, y todas están a su servicio.
Él hace que todo confluya para bien de los que creen en Él y para que aquellos que todavía no crean en Él se puedan convertir y volverse al Dios vivo.
Dios actuando por medio de las criaturas materiales. Y esto que vale para la historia de los hombres en este mundo. ¿Vale también para lo que sucede después de la muerte?
Esa inmortalidad de la que habla con tanta claridad este libro ¿lleva consigo también la materia? ¿Encontramos aquí algo parecido a lo que nosotros llamamos la resurrección de la carne? Pues no lo afirma. Ni tampoco lo niega. Pero tiene una cierta lógica hablar de ello. Cuando llegue el momento lo veremos. Todo llegará. Un poco de paciencia.