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Oración y gratitud

La oración es momento de recogimiento y de unión con Dios.


Cuando oramos, acallamos el mundo exterior y se establece un íntimo diálogo con Dios. Le transmitimos nuestras alegrías, preocupaciones, inquietudes. Dios siempre nos acoge, nos dedica el tiempo que necesitamos.


Si sabemos escuchar, resuelve nuestras dudas, nos indica el camino correcto y mitiga nuestra incertidumbre por el futuro. Confiar en su plan, en sus tiempos, es crucial. Recibir su paz, la serenidad de saber que estamos en el camino correcto, realizando la tarea que se nos encomendó… Aceptar su ayuda, ese destello de genialidad que no sabemos muy bien de dónde procede, esa intuición que resulta exitosa.


No dejemos nunca de hablar con Él, de orar, de nutrir nuestra relación con Dios.

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