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La envidia del Diablo

(Sb 2,21-24)


Y ahora viene un juicio sobre los impíos. El autor mismo es el que dicta la sentencia sobre ellos. Con todo lo que ya sabes sobre la muerte y lo que hay después de ella verás cómo este texto es muy llamativo para la mentalidad de los lectores de entonces.

Intenta ponerte en la piel de alguien que piensa que todo se acaba el día que dejas de respirar, y verás lo fuerte que puede sonar este texto. Léelo, que es muy breve.


Así discurren, pero se equivocan,

pues los ciega su maldad.

22Desconocen los misterios de Dios,

no esperan el premio de la santidad,

ni creen en la recompensa de una vida intachable.

23Dios creó al hombre incorruptible

y lo hizo a imagen de su propio ser;

24mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo,

y la experimentan los de su bando.


Se equivocan (Sb 2,21), sentencia dictada. Tienen mucho dinero, y poder, los medios de comunicación están de su parte y controlan las redes sociales, pero están equivocados.

Volvemos a mirar hacia los tres primeros capítulos de la Biblia. El mundo lo ha creado Dios, por eso está bien hecho.


En su momento, antes de dejar que los impíos hablaran, el autor nos ha dicho que Dios no hizo la muerte (Sb 1,13). Y ahora lo que nos dice es que, ya que el hombre está hecho a imagen de Dios, también está hecho a imagen de su propia eternidad.


Déjame que te maree un poco con manías de biblistas, seré breve. En Sb 2,23 hay una variante textual. Te explico, no te agobies.


Los libros de la Biblia nos han llegado por medio de muchos escritos antiguos. De ninguno de ellos conservamos el original, pero tenemos muchísimas copias, algunas de ellas muy antiguas. Y no todas son iguales. Por eso en algunos textos los estudiosos tienen dudas sobre cuál puede ser el original. Esto es lo que pasa aquí.

En este versículo los manuscritos más fiables, los más seguros, dicen lo hizo imagen de su propio ser. Mientras que la mayoría de las copias que tenemos dicen lo hizo imagen de su propia eternidad.


¿Cuál es la expresión original? La mayoría de nuestras biblias dicen que es la primera. Pero la segunda también me parece importante. Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, y eso quiere decir que somos eternos. Es bueno recordarlo.


La muerte entró después. La puerta que usó para entrar es la envidia. La envidia es lo propio del diablo, es su mejor obra. Los impíos tienen envidia del que es justo, del que cree que existe la vida eterna.


Esta envidia los incapacita para poder recibir la Sabiduría, para poder creer ellos también en la vida eterna. Por eso ellos experimentan la muerte, no dejan que la vida pueda entrar en ellos.


La envidia, fruto de la acción de Satanás, es el medio para que entre la muerte en la vida de los hombres. Es el muro que impide creer en el anuncio de la vida eterna. Pocas bromas con la envidia, amigo mío. Es mucho lo que te juegas en ello.

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