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Donantes de vida

¿Alguna vez te has planteado si te gustaría ser donante de órganos? Probablemente tu respuesta sea no, al menos que conozcas a alguien que haya precisado de un trasplante y ese hecho te haya despertado el interés sobre el tema.


Es verdad que España es junto a EEUU, el país con más donaciones por millón de habitantes del mundo, y nuestra Comunidad Autónoma, no está precisamente a la cola. Aun así, se cubren solo el 10% de las necesidades de trasplantes. Eso significa, que hay muchos enfermos que tienen una calidad de vida deficiente, incluso muchos fallecen en espera de ese órgano que tanto le hace falta y que nunca llega.


Recuerdo que al cumplir los 18 años, y de eso hace más de 30, mi madre y yo nos hicimos el carnet de donante. Tal vez había más publicidad o información sobre este tema porque eran los comienzos, y las dos teníamos claro que, si al final de nuestra vida nuestros órganos eran válidos, bajo tierra no les iban a servir a nadie y en el cielo, menos aún.


Soy médico, trabajo en una UCI en un hospital de segundo nivel donde al año tenemos dos donantes de media. ¿Podría haber más? Pues sí. No muchos más probablemente, pero debemos ser conscientes de que cada donante no salva solo una vida, sino puede llegar a salvar hasta 8 vidas si la donación es de todos los órganos (un corazón, los pulmones, dos riñones, un hígado, el intestino y el páncreas).


Uno de los motivos por el que el número de donaciones no es mayor y es la razón por lo que os dirijo estas líneas, es la negación a ello por parte de los familiares del posible donante. Cuando se informa a los allegados que su ser querido está en muerte encefálica o ha llegado el momento de la adecuación del esfuerzo terapéutico porque el paciente no está respondiendo a las medidas y la situación es irreversible, en caso de que algún órgano es válido para poder ser trasplantado a otro enfermo, se les plantea la posibilidad de que sea donante. Alguna de las respuestas que oímos son: “No sé qué es lo que hubiera querido”, “Nunca hemos hablado de este tema”, “Como no lo ha dejado dicho, prefiero negarme”. Estamos ante una situación de mucho dolor, asumiendo la noticia del fallecimiento de alguien a quien queremos y no vamos a volver a ver, y además, se nos propone una cuestión al que tenemos que responder en un margen de tiempo muy limitado, de un tema del que muchas veces estamos desinformados y sobre el que no se ha hablado en casa. ¡Qué fácil se lo hacemos a los que se quedan cuando hemos dejado dicho en vida: “quiero ser donante”!


Es un tema muy amplio y sería imposible aclarar en pocas palabras todo lo referente a la donación y trasplante. Hasta ahora solo he hablado del donante fallecido, pero también es posible ser un donante vivo. Al igual que solo he mencionado donación de órganos, pero seguro que conocéis a alguien que sea donante de sangre (uno de los tejidos que se puede donar en vida, junto a médula ósea, cordón umbilical, tejido óseo y piel, y además de otros tejidos de donantes fallecidos).


Si estás leyendo este artículo es porque el tema te interesa, y la pregunta más frecuente es: ¿puedo ser donante? Según la Ley de Trasplantes (Ley 30/1979, de 27 de octubre, sobre extracción y trasplante de órganos), en España todos somos considerados donantes si en vida no hemos expresado lo contrario, sin embargo, en la práctica, se tiene en consideración la decisión de los más allegados.


Como cristianos, el tema del enterramiento es otro punto que preocupa mucho. La donación no interfiere con dichos trámites y la hora del fallecimiento es única e independiente de que haya habido donación o no. Se trata al cadáver con toda la dignidad, tanto durante la extracción de los órganos y tejidos, como en su reconstrucción externa para entregárselo a los familiares (como si hubiera sido intervenido quirúrgicamente en vida).


En nuestra Comunidad Autónoma, todos los hospitales públicos donde hay una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) hay un Coordinador de Trasplantes al que os podéis dirigir para aclarar las dudas que podéis tener o directamente en la página web de la Organización Nacional de Trasplantes (www.ont.es).


Si España es un país donde más oportunidades tenemos de recibir un trasplante en caso de necesitarlo es gracias a la generosidad de los donantes y a nuestro Sistema Sanitario que hace posible esta realidad. Sin embargo, siguen falleciendo muchos pacientes en listas de espera porque ese órgano no llega a tiempo. Te invito a que en el Registro de Voluntades Anticipadas dejes constancia de tu deseo de ser donante de órganos y tejidos, y se lo comuniques a tus familiares y amigos, para que ellos sean tu voz cuando tu no puedas expresarlo personalmente, y así también, le hagas plantearse a ellos, la posibilidad de este acto de tanta generosidad, solidaridad, altruismo dado que no tiene ningún tipo de compensación económica o de otro tipo, ni para el donante o su familia, solo la certeza de la recompensa de haber ayudado a otro. ¿Hay mayor acto de amor que una persona puede realizar por otra, regalar vida a una persona a quien nunca podremos conocer? Por eso, la mayoría de las religiones están a favor de la donación porque se hace especialmente palpable el concepto de “Amor al prójimo”.


Ahora te toca a ti decidir.


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