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La religión y la ciencia en la universidad

No puede faltar en la página web de una Pastoral Universitaria el tema central que te va a ir acompañando todos y cada uno de los días que permanezcas como estudiante y alumno de la Universidad, porque el afrontarlo directamente te ayudará a responder de forma adecuada a las preguntas fundamentales que todo hombre se hace a lo largo de su vida y para que vayas creando el talante universitario que pervivirá en tu personalidad una vez concluyas tus estudios. El tema está vinculado con el interrogante acerca de ¿qué supone en tu vida la religión? y ¿qué relación tiene con los nuevos conocimientos y experiencias que vas a aprender en la Universidad?, si ¿son compatibles entre sí o llegar a la Universidad supone abandonar la fe? La Pastoral Universitaria tiene encomendado el cuidado de tu vida de fe, haciéndola madurar al unísono con el saber que hayas elegido.

La Universidad fue creada en el seno de la Iglesia para contrastar la fe con el saber racional y evitar tanto el fideísmo (que solo considera como verdad lo que enseña la fe y desprecia el saber humano) como el racionalismo (que sólo considera verdad lo que enseña la razón y, por tanto, desprecia la fe y la religión). Así fueron naciendo las primeras universidades de Bolonia (1088 d.C.), Oxford (1096), París (1150), Módena (1175), Vicenza (1204), Cambridge (1209) o Salamanca (1218). En ellas se trataba de formar al hombre (humanitas) ante al carácter parcial de las ciencias particulares, que solo son una minúscula parte de todo el saber, para que no se incurriera en el grave defecto de ver el mundo por un solo agujero y se perdiera la educación auténticamente integral de la persona. En este sentido, los Colegios Mayores fueron el contrapunto de esta formación integral en la que nunca se descuidara la educación religiosa y moral de la persona.

Hoy el ambiente cultural se ha secularizado y la Universidad solo transmite saberes que permitan alcanzar una profesión laboral con la que ganarse la vida, despreocupada de su tarea de educar a las personas para la convivencia humana. Más aún, se han adueñado de ella ciertas ideologías que deforman la realidad y quieren presentar la fe y la razón como si fueran incompatibles entre sí, mientras cualquier católico bien formado sabe que son complementarios, poniendo el acento en la prioridad decisiva que tiene la fe sobre la razón, por la sencilla razón de que el hombre no se ha dado a sí mismo la vida, sino que la ha recibido como un don de Dios y, por tanto, su razón nunca es autónoma, sino que está sujeta al descubrimiento de la verdad, que ella no crea ni inventa a capricho.

Principio fundamental que inspira todo el tema. En este sentido, hay que estar bien pertrechados intelectualmente para hacer frente a las corrientes de pensamiento materialista, que deslizan sus formas de relativismo, entre las que se encuentran el historicismo, el pragmatismo, el eclecticismo y sobre todo el cientifismo, que convierte la ciencia humana en un dogma sagrado. Es labor primordial de la Pastoral Universitaria el contribuir a proporcionar la reflexión y madurez necesaria para que aprendas a hacer frente a estas mentalidades agnósticas y ateas sobre la vida y puedas recibir esa formación humana integral, ya que la actual cultura está afectada de la crisis del sentido y lleva al escepticismo, al indiferentismo y al nihilismo, mientras el cristiano siente bullir en la vida el misterio del amor de Dios y no deja de ser un enamorado de la vida al verla como un don del Dios de la vida.

 

Este artículo continúa a través del siguiente enlace. Os invitamos a continuar su lectura de una forma más completa y profunda. Del mismo modo, encontraréis el material complementario al que se hace referencia en el artículo.



Trilogía sobre el sentido de la vida de Antonio García-Cano Lizcaino

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El ocaso de la sabiduría, Antonio García Cano-Lizcaino


Religión y sentido de la vida, Antonio García-Cano Lizcaino


El sentido de la vida, Antonio García-Cano Lizcaino


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